sábado, 20 de octubre de 2018
Camus y nada más
" Y habiéndose quejado durante las primeras semanas de que su amor tenía que entenderse únicamente con sombras, se dieron cuenta, poco a poco, de que esas mismas sombras podían llegar a descarnarse más, perdiendo hasta los ínfimos colores que les daba el recuerdo. Al final de aquel largo tiempo de separación, ya no podían imaginar la intimidad que había habido entre ellos ni el hecho de que hubiese podido vivir a su lado un ser sobre quien podían en todo momento poner la mano"
La peste- Albert Camus
Rambert miró a los dos.
-Dígame, Tarrou,¿usted es capaz de morir por un amor?
-No sé, pero me parece que no, por el momento-
-Ya lo ve. Y es usted capaz de morir por una idea, eso está claro. Bueno: estoy harto de la gente que muere por una idea. Yo no creo en el heroísmo:sé que eso es más fácil, y he llegado a convencerme de que en el fondo es criminal. Lo que me interesa es que uno viva y muera por lo que ama.
Rieux había escuchado a Rambert con atención.Sin dejar de mirarle, le dijo con dulzura:
-El hombre no es una idea, Rambert.
Rambert saltó de la cama con la cara ardiendo de pasión.
-Es una idea y una idea pequeña, a partir del momento en que se desvía del amor, y justamente ya nadie es capaz de amar. Resignémonos, doctor. Esperemos llegar a serlo y si verdaderamente esto no es posible, esperaremos la liberación general sin hacernos los héroes. Yo no paso de ahí.
Rieux se levantó con repentino aspecto de cansancio.
-Tiene usted razón, Rambert, tiene usted enteramente razón y yo no quería por nada del mundo desviarlo de lo que piensa hacer, que me parece justo y bueno. Sin embargo, es preciso que le haga comprender que aquí no se trata de heroísmo. Se trata solamente de honestidad. Es una idea que puede que le haga reír, pero el único medio de luchar contra la peste es la honestidad.
-¿Qué es la honestidad?-dijo Rambert, poniéndose serio de pronto.
-No sé que es, en general. Pero, en mi caso, sé que no es más que hacer mi oficio.
-¡Ah!-dijo Rambert, con furia-, yo no sé cuál es mi oficio. Es posible que esté equivocado eligiendo el amor.
-Dígame, Tarrou,¿usted es capaz de morir por un amor?
-No sé, pero me parece que no, por el momento-
-Ya lo ve. Y es usted capaz de morir por una idea, eso está claro. Bueno: estoy harto de la gente que muere por una idea. Yo no creo en el heroísmo:sé que eso es más fácil, y he llegado a convencerme de que en el fondo es criminal. Lo que me interesa es que uno viva y muera por lo que ama.
Rieux había escuchado a Rambert con atención.Sin dejar de mirarle, le dijo con dulzura:
-El hombre no es una idea, Rambert.
Rambert saltó de la cama con la cara ardiendo de pasión.
-Es una idea y una idea pequeña, a partir del momento en que se desvía del amor, y justamente ya nadie es capaz de amar. Resignémonos, doctor. Esperemos llegar a serlo y si verdaderamente esto no es posible, esperaremos la liberación general sin hacernos los héroes. Yo no paso de ahí.
Rieux se levantó con repentino aspecto de cansancio.
-Tiene usted razón, Rambert, tiene usted enteramente razón y yo no quería por nada del mundo desviarlo de lo que piensa hacer, que me parece justo y bueno. Sin embargo, es preciso que le haga comprender que aquí no se trata de heroísmo. Se trata solamente de honestidad. Es una idea que puede que le haga reír, pero el único medio de luchar contra la peste es la honestidad.
-¿Qué es la honestidad?-dijo Rambert, poniéndose serio de pronto.
-No sé que es, en general. Pero, en mi caso, sé que no es más que hacer mi oficio.
-¡Ah!-dijo Rambert, con furia-, yo no sé cuál es mi oficio. Es posible que esté equivocado eligiendo el amor.
martes, 10 de abril de 2018
En lo alto algo se desintegra
https://www.youtube.com/watch?v=V8uCNime12g
Me gustaría contarle a las estrellas que todo va bien, que la avalancha de pruebas me ha dejado bien parada como siempre... ignorando la impotencia ajena. Ahora soy yo quien ya devuelvo mi arranque; de mi impulso una parte de gasolina se ha contaminado de los tragos amargos con que mi mente engrandece un infortunio de orgullo y una desgracia inexistente. Espero poder sostenerme de uno de tus haces de luna y volver a seguir mi respectiva órbita, espero que después del choque pueda recuperar la esperanza del revuelo, la esperanza de pasar por un apogeo que me acelere, y me enseñe a hacer un mejor periplo, un mejor camino. Quisiera escribir para informar que he llegado, pero aún no sé si habrá otra curva en mi espacio; hasta entonces, buena suerte en tu viaje, yo osaré de enfrentar el mío con lo que queda de la tripulación de fuerzas.
https://www.youtube.com/watch?v=V8uCNime12g
Me gustaría contarle a las estrellas que todo va bien, que la avalancha de pruebas me ha dejado bien parada como siempre... ignorando la impotencia ajena. Ahora soy yo quien ya devuelvo mi arranque; de mi impulso una parte de gasolina se ha contaminado de los tragos amargos con que mi mente engrandece un infortunio de orgullo y una desgracia inexistente. Espero poder sostenerme de uno de tus haces de luna y volver a seguir mi respectiva órbita, espero que después del choque pueda recuperar la esperanza del revuelo, la esperanza de pasar por un apogeo que me acelere, y me enseñe a hacer un mejor periplo, un mejor camino. Quisiera escribir para informar que he llegado, pero aún no sé si habrá otra curva en mi espacio; hasta entonces, buena suerte en tu viaje, yo osaré de enfrentar el mío con lo que queda de la tripulación de fuerzas.
https://www.youtube.com/watch?v=V8uCNime12g
miércoles, 28 de marzo de 2018
El silencio
Y volvieron las voces calladas del silencio a reacomodar sus sillas en mi cabeza.
-Qué falta les hacía-susurran entre tristes risas
Me les burlo desentonada y les permito que se queden un rato conmigo, un rato sin tiempo.
Sus voces cargadas de nada sopesan las verdades más buscadas por los filósofos y las leyes más codiciadas por los físicos.
Les espeto que me miren a los ojos, pero ellas sólo pueden hablarme al alma. Siguen jugando con las carencias... con el vacío... con la nada.
Ayer que no las tenía conmigo, de repleta manía jugaba con todo como una tirana, ahora que las llevo conmigo sólo quiero ser un méndigo que se conforma con poco recibiendo nada.
No hagan sonar sus sillas cuando se marchen, yo quiero pensar que siguen ahí cuando ya no estén. Yo quiero tener algo de nada, para valer a cada momento lo mucho que ha pasado desvalorado por la caja de mi apreciación...Yo quiero refugiarme en el silencio, cada que se vuelva contra mí el ruido de las máquinas y el clamor de los cuerpos.
Yo quiero que se queden aquí, pero ya vuelven a estar lejos de mí.
-Qué falta les hacía-susurran entre tristes risas
Me les burlo desentonada y les permito que se queden un rato conmigo, un rato sin tiempo.
Sus voces cargadas de nada sopesan las verdades más buscadas por los filósofos y las leyes más codiciadas por los físicos.
Les espeto que me miren a los ojos, pero ellas sólo pueden hablarme al alma. Siguen jugando con las carencias... con el vacío... con la nada.
Ayer que no las tenía conmigo, de repleta manía jugaba con todo como una tirana, ahora que las llevo conmigo sólo quiero ser un méndigo que se conforma con poco recibiendo nada.
No hagan sonar sus sillas cuando se marchen, yo quiero pensar que siguen ahí cuando ya no estén. Yo quiero tener algo de nada, para valer a cada momento lo mucho que ha pasado desvalorado por la caja de mi apreciación...Yo quiero refugiarme en el silencio, cada que se vuelva contra mí el ruido de las máquinas y el clamor de los cuerpos.
Yo quiero que se queden aquí, pero ya vuelven a estar lejos de mí.
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