Alienante la condición de ínfimas hojas de árbol
arrastradas al sur sin norte.
¿Para qué seguís ese vuelo?
¿Acaso tu voluntad imperfecta ya va alquilando
trajes de moda?
¡Descuidaste la fecha de tu propio vencimiento!,
sin embargo, la producción se ha lucido con tu nuevo semblante... ¿Te quedás
para el próximo acto? ¡No te dolerá! Esa ya no es tu piel. ¡Tampoco te
ilusionés! El despojo solamente gozará con el peso de los que siguen vivos.
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Sobre la alienación hay muchas definiciones dependiendo del contexto de
uso. La idea común a los conceptos de alienación hace referencia a algo ajeno a
la persona y propio de otro, algo así como un <<yo>> que se
extraña. Tipos de alienación se podría decir que hay para todos los gustos,
puede ser económica, religiosa, política, hasta un desorden mental, entre
muchas otras. La que se abordará ampliamente será la cultural, que a su vez
puede ser consecuencia o parte de las demás.
Alienación cultural: "Es aquello que limita
los medios de acceso, típico sería cuando la sociedad se ve invadida de los
sistemas técnicos de comunicación de masas, donde los individuos aceptan el uso
y la influencia de los distintos medios de comunicación, donde el individuo es
consumidor o receptor y en ningún momento es emisor”. (Definición web)
Quizás podríamos resaltar la connotación cultural para apartarlo del uso
materialista y fabril que le dio Marx en su época, pero, por el contrario, sus
aplicaciones pueden tener mucha armonía. Para confirmarlo, solamente hace falta
comparar la producción de una fábrica de un tipo de envases con la producción
de un tipo de seres humanos, en ambos casos se pretende crear un producto
conveniente para el sistema capitalista de producción y consumo. Y si se piensa
que es algo descabellado, podemos valernos de la realidad para confirmar que si
pasa y con una frecuencia exponencial.
Si decides jugar al observador de sociedad por un rato, puedes sospechar
que, muchas acciones conscientes, las podríamos juzgar como parte de la
alienación cultural. Veremos algunos elementos que la desmitifican.
La era mediática , por ejemplo,
se vale de todos sus artefactos (Tv, publicidad, internet, juegos virtuales,
redes sociales, prensa, etc.) para cubrir temporal y ficticiamente los déficits
emocionales con el ocio, en este sentido, los capitanes de la conciencia
(capitalistas), junto con sus secuaces (instituciones políticas, religiosas,
educativas), pueden aprovechar el poder sobre esas herramientas para crear un pensamiento
indiferenciado, acrítico y conformista, que da paso a que los pocos tengan la
capacidad de definir la realidad para los muchos. De esta manera los medios
hacen efectivo su lavado de cerebro, consiguiendo que las personas se acojan al
modelo de pensamiento conveniente para el sistema que los somete.
Si nos ponemos existencialistas, vemos que la vida es un proceso que
transforma de tal manera al individuo, que muchos no terminan de reconocer lo
que han llegado a convertirse. Si este hecho tan particular nos pone en un
estado de trance, más alarmante sería para nosotros descubrir toda la distancia
que hemos tomado de nuestro punto de origen. A pesar de comenzar por el hecho
de que el colonialismo desalojó la cultura de nuestros ancestros, se hace todavía
peor, que ahora nuestra generación simpatice con las culturas dominantes, al
aceptar como "evolución" de la cultura la sofisticación del
"Norte", actitud que se demuestra desde el uso de anglicismos y en la
propia universidad, nótese que: "el fin de la universidad es formar
intelectuales que hablen en español y piensen en inglés"(Juan José
Hernández Arregui).
Así mismo, hacen parte de la cotidianidad: las modas, los grupos
urbanos, movimientos artísticos, nuevas bandas musicales, "espíritus
llenos de libertad” e incluso van apareciendo nuevos calificativos en la manera
de vivir. De cierta manera, con estas manifestaciones de la cultura se pretende
reemplazar o renovar el valor que se le da a otras más tradicionales (por
ejemplo el folclore) sin embargo, por conseguir una superación de la cultura,
se recae en el sacrificio de la misma, asistido por un colectivo abrumador.
A partir de definir y distinguir que el sistema, los medios y la cultura
misma hacen parte de la alienación, surge el dilema de definir concretamente
dónde está el problema de la persona enajenada, y es fácil condenar que esto se
da por la facilidad con la cual cada individuo se incorpora al sistema unitario
con objetivos superficiales como la aceptación y persiguiendo valores que le han
vendido como la clave de su felicidad (consumo y dinero). Conforme a esto, es
completamente normal suponer que muchas cosas nos quitan identidad... el
maquillaje, los estándares de belleza, las idolatrías, el populismo. No
obstante, debe existir algo que nos permita vivir el equilibrio entre los
instintos humanos y la idoneidad.
Hegel desde su filosofía dialéctica, declara que el hombre tiene que
dejar de ser uno con su comunidad y su cultura para identificar su propio ser,
en este acto es víctima de una alienación. Para vencer esta primera alienación
propone que el hombre ofrezca su identidad a la sustancia social. Reclama
consecuentemente que "mientras la separación no se supere, y la unión no
se consiga, el ser humano está desgarrado, extrañado de sí mismo"
En conclusión, se podría hacer el símil de que la
alienación cultural es un acto de sometimiento al patrón, así como la
admiración que pudo sentir algún condenado a muerte del pasado al observar los
músculos del verdugo que iba a cortarle la cabeza. Frente a lo anterior se
esperaría la desalienación, para la cual es esencial que los oprimidos lleven a
cabo un combate que resuelva la contradicción en la que están apresados; la
contradicción será resuelta por la aparición de un hombre nuevo, que se libera
en virtud de reconocer su alienación y en su esfuerzo por reinventar su
personalidad.
Para
comprender esto, la literatura nos puede servir de modelo:
La obra de Ray Bradbury, Fahrenheit 451, es muestra de la cantidad de
posibilidades alienantes de un mundo cuyo desarrollo tecnológico juega en
contra del hombre mismo, beneficiando a algunos pocos afortunados y destruyendo
poco a poco la memoria y la cultura de una gran mayoría, robotizándolos a tal
punto en que el obrero se convierte en un engranaje de una gran máquina.
En contraste, la obra de Cervantes puede ser reflejo de la superación de
la alienación. Don Quijote pasa por todo un proceso de alienación, se enfrasca,
lee y sueña, se encierra, pero luego decide salir al mundo; éste lo verá loco,
pero el personaje estará menos enajenado que cuando leía solo y peleaba dentro
de su habitación. El salir al mundo es una manera de lograr en algún momento
ser él mismo.
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"¡Qué ironía!, un cosmopolita con múltiples nacionalidades y sin
una identidad"
-Georgia Kaltsidou
